Danny Boyle nos atrae con atractivo planteamiento sobre hipnosis y sobre saber si lo que pasa es sueño o no, recuerda un pelín a Origen de Nolan. El problema es que el bueno de Danny se requetecomplica la vida en el acto final y nos muestra un desenlace surrealista e innecesario. Una pena que el corto metraje termina por convertir en vulgar una peli que prometía, y en donde Rosario Dawson da el do (de pecho y de todo)
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