Oliver Stone nos sorprende con una película fresca y negra a la vez. Dos colegas se dedican a la creación y venta de María de calidad, uno es un pacifista, el otro un ex soldado de Afganistán, ambos tienen un rollete triangular con una (muy) cachonda Blake Lively, como no la había visto en mi vida (siempre me pareció muy canija).
Jonh Travolta vuelve a hacer uno de esos papeles histriónicos a los que nos tiene acostumbrados últimamente y Benicio del Toro de malo malísimo. Pero la mejor actuación de la película es la de Salma Hayek, soberbia en su papel de líder del cartel de la droga y, a su vez, como abnegada madre.
En fin, la voz en off, un recurso que, en ocasiones puede resultar interesante, un final pelín improvisado (literalmente) pero un trama muy limpia y bien llevada. Pa verla, vamos.
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