Sigue la serie con su rirmo cansino, pasando por la vida de Walter White lentamente. Los 8 primeros capítulos de la temporada son divertidos y movidos, pero luego pega un terrible bajón el asunto con dos infumables capítulos 9 y 10 que no dignifican una serie tan valorada. Realmente, rozan el ridículo estos dos capítulos. La serie trata de mostrarnos, insisto, muy despacio y con detalles, la transformación del protagonista de un aburrido profesor de química a un narco vigilante de su negocio. La introducción de un personaje como el abogado Saul Goodman le da mucha vida a esta temporada y cada una de sus escenas son un soplo de aire fresco. Por otro lado, durante toda la temporada, al principio de cada capítulo, se trata de avivar la curiosidad del espectador a través de unas misteriosas escenas cuya resolución al final de la temporada resulta ser una idiotez, al menos en los que a la segunda temporada respecta. Aún así, sigo esperando a que la serie explote de una vez y haya merecido la pena el tedio en muchos momentos de la primera y segunda temporada.
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