Rodada, entiendo, para mayor gloria de Hugh Laurie y con el retorno de Oliver Platt a mis retinas. Curioso, un actor que siempre hace tipo inteligente, aquí hace de pardillo que ve como la furcia de su hija se lo monta con su colega. Pues ya que la hija se monta con el colega nos podían haber enseñado una tetilla o una escena caliente entre los dos por que, lo que es la película, tira más bien a tostón. La construcción de los personajes, no solo es incompleta, sin que nos enseñan personajes aburridos, para eso que hagan una peli de mi vida que sí que es aburrida. Si por lo menos tuviera una escena divertida...lo único que persigues viendo la película es que se le escape un tetilla a la guarrilla de la vecina de en frente, y así acaba con un final triste sin tetas, escenas calientes ni nada de nada. Por cierto, el hilo narrativo lo lleva la hija fea del Hugh Laurie, personaje que pretende aportar y algo y que no aporta absolutamente nada, pero nada..
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