sábado, 5 de enero de 2013

Espartaco Dioses de la Arena

Seis capítulos que hicieron de emergencia tras la muerte de Andrew Whitfield. En este caso, la mayoría del protagonismo lo ejerce el gran Gannikus. Nos encontramos ante una precuela, en donde se cimentan el maquiavelismo de Battiato, la ambición de Crisso y la astucia de Ashur. Mucho más explicita (si cabe) que la temporada anterior, nos deja con el regusto sexual y con más ganas de sangre. Lucrecia (Xena) y su amiguita de Roma, se las arreglan para hacer del Ludus de Batiato un auténtico puticlub. Desgraciadamente, he visto casi toda la siguiente temporada, Espartacus Venganza, y no es ni tan sangrienta ni tan explícita, pero bueno, no todo iban a ser litros y litros de sangre.
Desde luego, el personaje con menos carisma de toda al serie es el mismo Espartaco, Gannikus mola más, la verdad. Por último, debo añadir que todo lo que no nos enseñó Xena la diosa guerrera durante tantas temporadas, nos lo ha enseñado en esta serie sin ningún tapujo. ¡Viva Xena!

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